El origen del Reiki proviene de oriente exactamente de Japón,
pese a cuenta con miles de años de existencia el Dr. Mikao Usui lo redescubrió
en el siglo XIX y es el responsable de la popularización de esta disciplina por
todo el mundo.
En la actualidad no solo es practicada por personas a título
individual, sino que también resulta útil para los profesionales de la medicina
como médicos, quiroprácticos, masajistas o cuidadores que utilizan esta terapia
para mejorar el estado de sus pacientes.
Funcionamiento del
reiki
El Reiki utiliza la transferencia de la denominada Energía Vital Universal como método
curativo , que puede aplicarse tanto en forma de auto-tratamiento a uno mismo
como a los demás, esta transferencia se produce por medio de las manos.
Para convertirse en un canal Reiki es preciso previamente realizar
un Proceso de Sintonización a través
del cual se da lugar al equilibrio de los Chacras
los centros de energía que recorren nuestro cuerpo.
Cómo iniciarse en el
reiki
La única forma de iniciarse es por medio de un Maestro o
Profesor Reiki cualificado, el maestro es el encargado de iniciar el proceso de
sintonización o transmisión de energía, esto se lleva acabo en una sencilla
ceremonia en la que se utilizan símbolos y mantras con los que se transmite la
energía al alumno.
Beneficios del reiki
para la salud
Cuando una persona recibe un tratamiento la energía curativa
contribuye a fomentar la capacidad que el cuerpo tiene para sanarse a sí mismo,
eliminando los bloqueos, los sentimientos negativos e incluso las toxinas.
El Reiki a diferencia de la medicina convencional, no se
contenta con solucionar los síntomas. Utilizando esta terapia se llega hasta la
el origen mismo de la dolencia.
Se podría decir que la estrategia de esta terapia alternativa
se fundamenta en fomentar el equilibrio cuerpo-mente ya que la incidencia de
las distintas enfermedades y dolencias tiene su origen en este desequilibrio.
Existen determinadas posiciones en la imposición de manos que
pueden mejorar y curar dolencias específicas como dolores de cabeza, migrañas, dolores
de espalda, ciática, resfriados, bronquitis, cistitis o trastornos del sueño
entre otros.
Terapias alternativas