EL SOL: Bueno o malo para la salud

¿El sol es bueno o malo para la salud? 

La respuesta a esta pregunta es clara y definitiva, el sol no es solo bueno para la salud sino que resulta imprescindible para preservarla y promocionarla.

Alguno de los beneficios que el sol puede proporcionar a tu salud son el refuerzo de tu sistema inmune, la mejora del estado de la piel, la disminución de la presión sanguínea, mejor estado físico y mental, aumento en la calidad del sueño y aumento de la resistencia de huesos y dientes, y esto es tan solo una parte de los muchos efectos positivos que tiene.

No obstante el grado de exposición y la ausencia del uso de una adecuada  protección contra las radiaciones solares pueden dar lugar a serias consecuencias en forma de enfermedades que no deben ser tomadas a la ligera.

Por tanto antes de aprovechar los efectos beneficiosos del sol es preciso que tomes una serie de precauciones básicas con el objeto de disfrutar de forma saludable de sus efectos positivos, de esta forma disfrutarás con seguridad de tus baños de sol.

 Consejos para tomar el sol de forma saludable

·        Antes de someterte a la exposición solar debes evitar el uso de productos que contengan alcohol en su composición como los desodorantes o perfumes ya que éstos dan lugar a la aparición de antiestéticas manchas en la piel.

     

·       La protección solar  debe ser aplicada  de la 30 minutos antes de la exposición al sol, con esto darás a tiempo a tu piel para que la absorba de forma adecuada, tampoco debes olvidarte de aplicarla justo después del baño. 

·        En el momento de aplicarse la crema la piel debe estar seca, así también favorecerás su absorción incrementando tu protección.

·        Además de proteger las extremidades, la parte central del cuerpo y la cara con protección solar es preciso que hagas lo propio con los labios, la zona de los ojos, el cabello y la cabeza, especialmente en las personas calvas,   ya que en este caso la zona estará totalmente expuesta.

·        Si tienes niños pequeños debes tener especial cuidado ya que los pequeños son especialmente vulnerables a las radiaciones solares, existen cremas protectoras especiales para ellos.

·        Evita la exposición en las horas centrales del día ya que es entonces cuando se incrementa la acción de los rayos ultravioleta.

·        Debes tomar el sol de forma gradual especialmente los primeros días, al principio los baños de sol pueden ser de 10 o 15 minutos, en ningún caso debes superar los 30 minutos.

·        Elige la protección solar mas adecuada en relación a tu tipo  de piel.

     

     Es indispensable que depués de tomar el sol, nos apliquemos crema hidratante, en todo el cuerpo, para que nuestra  piel sufra lo menos posible. Especialmente hacer incapié en la hidratación profunda del cutis, porque debido a su delicadeza, es la que más se puede dañar. Y obviamente, en pieles maduras, que se verán muy resentidas. Para el rostro debemos utilizar cremas que aporten una hidratación y nutrición profundas.

    Tomando estas precauciones, podremos disfrutar de lo maravilloso del sol.

    

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Yoga, otra forma de cuidarnos por dentro y por fuera

Yoga, otra forma de cuidarnos por dentro y por fuera

Hace un tiempo os hablábamos de la meditación, de sus maravillosos beneficios y de la manera de empezar a practicarla. Bien, pues con motivo de la celebración hace tan sólo unos días, el 21 de junio, del Día Internacional del Yoga, no podríamos dejar de introduciros esta otra práctica tan relacionada con la anterior.

Un poco de historia…

El Yoga es una tradicional disciplina física y mental que se originó en la India. Es una práctica estrechamente unida a la meditación muy extendida en el hinduismo, el budismo y el jainismo.  La palabra “yoga” significa directamente concentrar la mente, absorberse en meditación, recordar, unir, conectar, otorgar, etc. 

Aunque esta práctica tiene cientos y cientos de años, no se conoció en el mundo occidental hasta los años 60 y en ello tuvo una inmensa influencia la labor de Maharishi Mahesh, gran gurú religioso de la India.

¿Hay sólo un tipo de yoga?

La respuesta es no, hay numerosos tipos. Lo que hoy llamamos tipos de yoga no son más que las diferentes ramas en las que derivó esta práctica. Sin embargo, todos ellos persiguen el mismo objetivo: la unión del cuerpo y la mente. Pero sí hay ciertas diferencias en el terreno más físico según el tipo de Yoga que practiques, en cuanto a las partes del cuerpo que puedes fortalecer o el nivel de flexibilidad que se llega a ganar, por ejemplo. Lo ideal es que cada persona elija el tipo de Yoga que quiere practicar teniendo en cuenta su personalidad y sus objetivos personales, al igual que  puede combinarlos como mejor se le adapten.

Estos son los nombres de estas diferentes ramas del Yoga:

     .- Bhakti Yoga

      .- Hatha Yoga

      .-Japa Yoga, Yoga con mantras

      .-Jnana Yoga

      .-Karma Yoga

      .-Tantra Yoga

      .-Laya Yoga, Yoga Kundalini

      .-Raja Yoga

      .-Kriya Yoga

     .-Sahaja Yoga

      .-Anusara Yoga

      .-Kripalu Yoga

      .-Yoga Aéreo

¿Qué nos aporta el Yoga?

Ahora bien, lo que realmente nos importa es saber qué aspectos positivos nos puede traer animarnos a comenzar con esta disciplina. Pues lo cierto es que el Yoga mejora directamente la salud gracias a sus beneficios en tres aspectos de nuestra vida:

Ø  Beneficios físicos:

·         Nos ayuda a tonificar cada parte del cuerpo, manteniéndonos fuertes.

·         Consigue que realicemos un esfuerzo continuo durante más tiempo, es decir, aumenta nuestra resistencia.

·         Gracias a todos los estiramientos que se realiza, conseguimos aumentar nuestra flexibilidad.

·         Por otro lado, al aumentar el tono y la flexibilidad, nos ayuda a mantener una buena postura sin esfuerzo.

·         Aporta relajación y calma a los músculos y órganos internos.

·         Mejora la circulación sanguínea.

·         Mayor y mejor descanso durante la noche.

Ø  Beneficios mentales:

·         Los ejercicios de yoga mejoran nuestra concentración, memoria y atención.

·         Nos aporta estabilidad emocional, pues nos ayuda a tener perspectiva sobre la vida y a aislar nuestra mente de las perturbaciones.

·         Conseguimos un estado de paz al tranquilizar nuestra mente.

·         Nos permite observar y reconocer la actividad de nuestro propio cuerpo y nuestra respiración, es decir, nos ayuda a conocer nuestro cuerpo.

·         Desarrollo de mente y cuerpo, aumentando nuestro potencial y fortaleciendo nuestro autoestima.

Ø  Beneficios a nivel espiritual:

·         Nos aporta sabiduría y libertad, al ayudar en el conocimiento de nuestro propio cuerpo y mente.

·         La exploración regular y la conexión de nuestra mente, espíritu, cuerpo y emociones nos conducen a un estado de armonía.

·         Permite afrontar los problemas de otra manera.

Estos son solo algunos de los numerosos beneficios que podemos obtener, pero lo mejor es que cada uno puede descubrir los suyos propios.

Sin duda, es una práctica hecha para todos los públicos, y cualquier persona puede sentirse libre de probarla.

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